Brisa de un corolario
que se hace ya sentir,
con sonrisas de la vida,
como premio de existir.
Bendita seas mujer,
por la autenticidad de tu Ser.
Bendita tu paciencia
a la espera de mi abrir,
pues cauteloso del camino,
resguardaba cual tesoro,
la entrega con el alma
de mi resto por vivir.
Supiste sorprender
la atención de mi sentir,
luciendo transparente
la luz de tus entrañas,
siendo tal cual eres,
sin nada que fingir,
rompiendo las barreras
que a nadie permití,
para abordar contigo
la nave del presente,
entregados sin reservas
a amar y ser feliz
MARIO MARTIN
17.01.2019
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