En homenaje, hoy 15 de abril 2018, al cumplirse 80 años de su fallecimiento
AMOR PROHIBIDO
Subes
centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
... Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
... Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
DESNUDO EN BARRO
Como horribles batracios a la
atmósfera,
suben visajes lúgubres al
labio.
Por el Sahara azul de la
Sustancia
camina un verso gris, un
dromedario.
Fosforece un mohín de sueños
crueles.
Y el ciego que murió lleno de
voces
de nieve. Y madrugar, poeta,
nómada,
al crudísimo día de ser hombre.
Las Horas van febriles, y en los
ángulos
abortan rubios siglos de
ventura.
¡Quién tira tanto el hilo: quién
descuelga
sin piedad nuestros nervios,
cordeles ya gastados, a la
tumba!
¡Amor! Y tú también. Pedradas
negras
se engendran en tu máscara y la
rompen.
¡La tumba es todavía
un sexo de mujer que atrae al hombre!
MEDIALUZ
He soñado una fuga. Y he soñado
tus encajes dispersos en la alcoba.
A lo largo de un muelle, alguna madre;
y sus quince años dando el seno a una
hora.
He soñado una fuga. Un "para
siempre"
suspirado en la escala de una proa;
he soñado una madre;
unas frescas matitas de verdura,
y el ajuar constelado de una aurora.
A lo largo de un muelle...
Y a lo largo de un cuello que se ahoga!
LOS
HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo
no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si
ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas
oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros
Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la
Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del
alma
de alguna fe adorable que el Destino
blasfema.
Esos golpes sangrientos son las
crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno
se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve
los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una
palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la
mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo
no sé!
BIOGRAFÍA
César Abraham Vallejo Mendoza nació
en Santiago de Chuco, Perú, el 16 de marzo de 1892. Sus padres fueron Fue el
menor de once hermanos, su abuelo era un sacerdote gallegony su abuela una
india mestiza. La familia pensó en dedicarlo al sacerdocio, lo cual marcó su
formación y explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico
y litúrgico. Sus estudios primarios los realizó en el mismo Santiago de Chuco,
pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el colegio San
Nicolás de Huamachuco. Inició los estudios de Filosofía y Letras en la
Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima),
pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.
En 1916 frecuentó el grupo El norte y se enamoró de María Rosa Sandoval, pero no tardó en irse a la Lima, donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. En 1918 publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Julio Herrera y Reissig.
En esta época trabajó como profesor en el colegio Barros, y en el Colegio Guadalupe. Su madre murió en 1920 y al volver a Santiago de Chuco fue encarcelado injustamente durante cien días, acusado de haber participado en el incendio y saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce. Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en la década de los veinte. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática.
Cuando es liberado embarcó en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 en dirección a Europa. Llegó a París el 13 de julio. Allí consiguió mantenerse como redactor en Variedades, Amauta, El Comercio y Mundial, pero lo importante fue que inició su amistad con dos de los grandes poetas hispanoamericanos: Juan Larrea, Vicente Huidobro, Pablo Neruda y conoció a Tristán Tzara.
En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. En 1932 se afilió al Partido Comunista Español, regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil, reunió fondos para la causa republicana, que le inspiró una de sus últimas obras: España, aparta de mí este cáliz.
En París se casó con Georgette Phillipart en 1934.
César Vallejo falleció el 15 de abril del 1938, un viernes santo con llovizna en París, pero no un jueves, como escribió en su famoso poema:
“Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París —y no me corro—
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.”
La historia ha consagrado a César Vallejo como uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX (fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "El más grande poeta universal después de Dante").
Fuente: https://www.escritores.org/biografias/209-cesar-vallejo-mendoza
En 1916 frecuentó el grupo El norte y se enamoró de María Rosa Sandoval, pero no tardó en irse a la Lima, donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. En 1918 publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Julio Herrera y Reissig.
En esta época trabajó como profesor en el colegio Barros, y en el Colegio Guadalupe. Su madre murió en 1920 y al volver a Santiago de Chuco fue encarcelado injustamente durante cien días, acusado de haber participado en el incendio y saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce. Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en la década de los veinte. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática.
Cuando es liberado embarcó en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 en dirección a Europa. Llegó a París el 13 de julio. Allí consiguió mantenerse como redactor en Variedades, Amauta, El Comercio y Mundial, pero lo importante fue que inició su amistad con dos de los grandes poetas hispanoamericanos: Juan Larrea, Vicente Huidobro, Pablo Neruda y conoció a Tristán Tzara.
En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. En 1932 se afilió al Partido Comunista Español, regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil, reunió fondos para la causa republicana, que le inspiró una de sus últimas obras: España, aparta de mí este cáliz.
En París se casó con Georgette Phillipart en 1934.
César Vallejo falleció el 15 de abril del 1938, un viernes santo con llovizna en París, pero no un jueves, como escribió en su famoso poema:
“Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París —y no me corro—
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.”
La historia ha consagrado a César Vallejo como uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX (fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "El más grande poeta universal después de Dante").
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