Yo vivía retirado en el campo desde el fenecimiento de mi
juventud. Lucrecio me había aficionado al trato de la naturaleza imparcial. Yo
había concebido la resolución de salir voluntariamente de la vida al notar los
síntomas del tedio, al sentir las trabas y cadenas de la vejez. Yo habría
perecido cerca de la fuente del río oscuro y un sollozo habría animado los
sauces invariables. Mi cisne enlutado, símbolo y memoria de un eclipse, habría
vuelto a su mundo salvaje.
Había dejado de visitar la ciudad vecina en donde nací.
Me lastimaba la imagen continua de su decadencia y me consolaba el recuerdo de
haber combatido por su soberanía.
Mis nacionales ejercitaban sentimientos afectuosos en
medio de la infelicidad y me llamaron del retiro a participar en un duelo
general. Rodeaban la familia de una doncella muerta en la mañana de sus bodas.
Yo asistí a las exequias y dibujé el movimiento circular
de una danza en la superficie del ataúd incorruptible. Meleagro, el mismo de la
Antología, escribió a mi ruego un solo verso en donde intentaba reconciliar al
Destino.
BIOGRAFÍA
José Antonio Ramos Sucre, nació
en Cumaná, Estado Sucre, el 9 de junio de 1890. Innovador
poeta, uno de los primeros venezolanos en cultivar el poema
en prosa, así como el uso de varias voces poéticas, en lugar de
limitarse a la tradicional voz de un "yo" único e inmutable.
Hijo de Jerónimo Ramos Martínez y
de Rita
Sucre Mora, sobrina del Gran Mariscal de
Ayacucho, Antonio José de Sucre, Ramos Sucre aprendió sus
primeras letras en Cumaná, y en 1900 fue enviado a Carúpano para ser educado
por su padrino y tío paterno, el presbítero e historiador José
Antonio Ramos Martinez, quien lo inició en el latín y los
libros, pero también le apartó de los juegos infantiles.
En Caracas estudió Derecho y Literatura en la Universidad
Central de Venezuela, obteniendo en 1917 el grado de Doctor en
Ciencias Políticas, a la vez que sumaba a los idiomas que ya manejaba, el
portugués, el sueco, el danés y el holandés. Durante 14 años desarrolló una
amplia labor como docente, y ya desde 1911 se había dado a conocer como poeta
publicando en casi todas las revistas y diarios, donde aparecieron al menos 108
de sus poemas en prosa.
Reunió su obra en Trizas de papel, Sobre
las huellas de Humboldt, ambos integrados a La
Torre de Timón. En 1929 publicó juntos dos libros distintos, Las
formas del fuego y El cielo de esmalte.
Hombre de carácter solitario
e introvertido, dedicó todo su tiempo al estudio, a la lectura y a su obra
poética, pero su labor intelectual se vio seriamente afectada por una
enfermedad nerviosa, cuyo síntoma más notorio era un insomnio pertináz. En
estado febril recorría las calles de la ciudad en horas nocturnas, buscando un
sosiego que su mal le negó, vivencias que registró en sus textos, en los cuales
expresó el sufrimiento que le causaba una fatiga mental cada vez más
pronunciada.
Para buscar aliviarse de su mal, aceptó viajar a Europa, pero no
encontró sanación, y el 13 de junio de 1930,
en la ciudad de Ginebra (Suiza), se suicidó ingiriendo una sobredosis de
veronal.
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