Cual Diosa apoderada del Olimpo, cabalgas
elevaciones de mi cuerpo, asida con tus huellas enclavadas, liberando tus
entrañas tras un grito. Torrente de energías liberadas en salvaje pasión
desenfrenada, ritmo armonioso que me embriaga, inmersos en burbuja de la nada. Hechizo
de tu alma en la mirada, tus hormonas olor a enamorada, con cálidos gemidos de
tu adentro, estallan el volcán de nuestra lava, en el magma fundidos como uno y tocar el cielo con las palmas, el pecho se expande con el alma, retorna la
ternura con su calma.
MARIO MARTIN
01.11.2012
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