15 feb 2018

EDAD DE PLATA (Prosa) José Antonio Ramos Sucre



Yo vivía retirado en el campo desde el fenecimiento de mi juventud. Lucrecio me había aficionado al trato de la naturaleza imparcial. Yo había concebido la resolución de salir voluntariamente de la vida al notar los síntomas del tedio, al sentir las trabas y cadenas de la vejez. Yo habría perecido cerca de la fuente del río oscuro y un sollozo habría animado los sauces invariables. Mi cisne enlutado, símbolo y memoria de un eclipse, habría vuelto a su mundo salvaje.

Había dejado de visitar la ciudad vecina en donde nací. Me lastimaba la imagen continua de su decadencia y me consolaba el recuerdo de haber combatido por su soberanía.

Mis nacionales ejercitaban sentimientos afectuosos en medio de la infelicidad y me llamaron del retiro a participar en un duelo general. Rodeaban la familia de una doncella muerta en la mañana de sus bodas.

Yo asistí a las exequias y dibujé el movimiento circular de una danza en la superficie del ataúd incorruptible. Meleagro, el mismo de la Antología, escribió a mi ruego un solo verso en donde intentaba reconciliar al Destino.


BIOGRAFÍA

José Antonio Ramos Sucre, nació en Cumaná, Estado Sucre, el 9 de junio de 1890. Innovador poeta, uno de los primeros venezolanos en cultivar el poema en prosa, así como el uso de varias voces poéticas, en lugar de limitarse a la tradicional voz de un "yo" único e inmutable.

Hijo de Jerónimo Ramos Martínez y de Rita Sucre Mora, sobrina del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, Ramos Sucre aprendió sus primeras letras en Cumaná, y en 1900 fue enviado a Carúpano para ser educado por su padrino y tío paterno, el presbítero e historiador José Antonio Ramos Martinez, quien lo inició en el latín y los libros, pero también le apartó de los juegos infantiles.
En Caracas estudió Derecho y Literatura en la Universidad Central de Venezuela, obteniendo en 1917 el grado de Doctor en Ciencias Políticas, a la vez que sumaba a los idiomas que ya manejaba, el portugués, el sueco, el danés y el holandés. Durante 14 años desarrolló una amplia labor como docente, y ya desde 1911 se había dado a conocer como poeta publicando en casi todas las revistas y diarios, donde aparecieron al menos 108 de sus poemas en prosa.
Reunió su obra en Trizas de papel, Sobre las huellas de Humboldt, ambos integrados a La Torre de Timón. En 1929 publicó juntos dos libros distintos, Las formas del fuego y El cielo de esmalte.
Hombre de carácter solitario e introvertido, dedicó todo su tiempo al estudio, a la lectura y a su obra poética, pero su labor intelectual se vio seriamente afectada por una enfermedad nerviosa, cuyo síntoma más notorio era un insomnio pertináz. En estado febril recorría las calles de la ciudad en horas nocturnas, buscando un sosiego que su mal le negó, vivencias que registró en sus textos, en los cuales expresó el sufrimiento que le causaba una fatiga mental cada vez más pronunciada.
Para buscar aliviarse de su mal, aceptó viajar a Europa, pero no encontró sanación, y el 13 de junio de 1930, en la ciudad de Ginebra (Suiza), se suicidó ingiriendo una sobredosis de veronal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario