Al
fragor del momento se afinca el rojo que forja el acero, cargando a la espalda fortalezas
para enfrentar desafueros, aceptando derrumbes por destierro de apegos,
mordiendo dolores por los desencuentros, cifrando esperanzas, pidiendo a la noche…
un grito de auxilio… que rompa el silencio, me conduzca en penumbras hallarte, a
salvo, sabiéndote indefenso, para honrar tu lealtad, nuestra amistad y
sentimientos… pero ni modo… mi fiel y querido amigo, me queda la angustia junto
a la lágrima por gran vacío, esperando la vida te procure buen destino, en la
mía… marcados recuerdos, tocándome el alma con satisfacción por haberlos
vivido. Suerte, mi Toby, entrañable y noble fiel amigo.
MARIO MARTIN
04-04-2017
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