Argenta
oxidada,
que
aún redivives la imagen desleída
en
sepia de mis ancestros,
otrora
ennegrecida en haluros de plata,
desnudando
instantes memorables
cayendo
cual cristales en cascada,
transbordando
las fronteras de los tiempos
por el orificio de su membrana,
para
traernos escapando del olvido
a
la guanches del Teide,
con
sus torrentes de lava,
que
vino a nosotros en simientes
de
la valiente mujer lozana,
que
en mágica aventura
lanzase
allende los mares,
persiguiendo
horizontes
con
su orgullosa mirada,
contraviniendo
arcaicos preceptos,
construyendo
mañanas
con
el alba a sus espaldas,
atravesando
el océano
para
encallar en tierras de gracia,
y
echar raíces en faldas
de
nuestro amado Wuaraira
MARIO
MARTIN
10.07.2016
En la foto: ELENA MARTIN CONTRERAS y CÉSAR NORBERTO MARTIN CONTRERAS, mi abuela y mi padre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario